Más de 5.000 espectadores han llenado el Palacio de los Deportes de Oviedo para vivir la primera jornada de la Primera FEB ante Movistar Estudiantes. Una realidad tangible que pocos advertían hace meses salvo, quizás, en una ensoñación febril. Pero sí, cinco millares de personas han disfrutado en directo de un choque que desde los primeros minutos se decantó desigual del lado visitante.
Sasu Salin, recién aterrizado del Eurobasket y Jason Granger, despedido entre aplausos por el respetable y directo al olimpo estudiantil, desactivaron al Alimerka OCB que, a tirones, más pensando en responder al acierto rival que en defender, se vio muy por debajo en el primer cuarto. Un triple de Shelist y otro de Hermanso cortaban la sangría inicial pero los de Toni Ten cerraron el cuarto 25-32. Una losa que iba a pesar demasiado en el devenir del partido.
En el segundo, con más compostura atrás y con Parham (32 puntos y 40 de valoración) al mando de las operaciones, los de Javi Rodríguez limaron diferencias a base de acierto. Sin embargo, Estudiantes se manejó con la solvencia y el poso de la veteranía para mantener siempre lejano a los 7 u 8 puntos al OCB.
En la reanudación los locales lo intentaron pero las piernas no daban. Sin Cosialls, con una lesión muscular, Johnson, enfermo y Arias, que cuajó buenos minutos fajándose, con una fuerte contusión en la nariz fuera del partido, la rotación se acortó. Pese a canastas de mérito de Lobaco o Copes, los del Ramiro controlaron a placer.
Para el recuerdo quedará el aplauso a Granger, la ovación final al equipo, las colas en las entradas que prometemos solucionar, las nuevas camisetas, bufandas y banderas y la incipiente comunión entre equipo y una grada que aguardará a ver la primera victoria del equipo a nada que este de lo que tiene dentro.