El proyecto Hyper-Kamiokande, uno de los experimentos científicos más ambiciosos del planeta, ha alcanzado un hito histórico: la finalización de la excavación del gigantesco espacio subterráneo que albergará el mayor detector de neutrinos del mundo. Este logro supone un paso decisivo hacia la comprensión de los misterios fundamentales del universo, y en él participa activamente un equipo de investigación multidisciplinar de la Universidad de Oviedo, formado por investigadores del ICTEA, pertenecientes el grupo MOMA y a los departamentos de Física, Matemáticas, Explotación y Prospección de Minas, Ingeniería Eléctrica, Electrónica, de Comunicaciones y de Sistemas y Construcción e Ingeniería de Fabricación.
Este detector de nueva generación, ubicado a 600 metros de profundidad bajo una montaña en Hida (Japón), está llamado a revolucionar la física de partículas. Con un volumen útil 8,4 veces superior al del emblemático Super-Kamiokande, contará con 260.000 metros cúbicos de agua ultrapura y más de 20.000 sensores de luz de alta tecnología. Su objetivo es estudiar con una precisión sin precedentes las propiedades de los neutrinos, buscar pruebas de la desintegración del protón y validar teorías que tratan de unificar las fuerzas fundamentales de la naturaleza.
Un desafío de ingeniería sin precedentes
El espacio excavado, de 330.000 metros cúbicos de roca, tiene dimensiones colosales: un techo abovedado de 69 metros de diámetro, seguido de un cilindro de 73 metros de altura. Es una de las cavidades artificiales más grandes jamás excavadas en roca maciza, comparable a grandes infraestructuras hidroeléctricas. Los trabajos se iniciaron en 2022 y, pese a la complejidad técnica y a la necesidad de garantizar la máxima seguridad, se han completado en julio de 2025.
Ahora comienza la siguiente fase: la conversión del gigantesco hueco en un tanque hermético capaz de contener agua ultrapura, cuya instalación se prolongará hasta 2027. Posteriormente, se colocarán los miles de fotodetectores que permitirán captar las esquivas señales producidas por los neutrinos.
Colaboración internacional con sello asturiano
El proyecto Hyper-Kamiokande reúne a 630 investigadores de 22 países, en una gran alianza liderada por la Universidad de Tokio y la organización KEK (High Energy Accelerator Research Organization). En este esfuerzo global, el grupo de investigación de la Universidad de Oviedo desempeña un papel clave en el desarrollo y validación de componentes esenciales para el experimento, así como en el análisis de los datos que permitirán abordar preguntas fundamentales: ¿Por qué existe más materia que antimateria en el universo? ¿Son los protones realmente estables? ¿Cómo se comportan los neutrinos, las partículas más elusivas que conocemos?
“Formar parte de un proyecto de esta magnitud no solo es un privilegio, sino una oportunidad única para contribuir al conocimiento universal desde Asturias. Nuestro trabajo es esencial para el buen funcionamiento del proyecto que ayudará a entender mejor el origen del universo y las leyes que lo rigen. Dado que estamos encargados del diseño del sistema de compensación del campo magnético terrestre, que podría afectar a las medidas futuras si no se logra cancelar por debajo de un cierto umbral”, señala el profesor Daniel Santos, investigador del departamento de Física de la Universidad de Oviedo y también del ICTEA.
Cuando el detector entre en funcionamiento, a finales de esta década, la comunidad científica espera que Hyper-Kamiokande abra una nueva ventana para entender el origen y evolución del cosmos.